HOTEL TALAMANCA DEL JARAMA
Es una propuesta para acercarse a lo ancestral y la naturaleza desde la contemporaneidad. El hotel consta de cinco grandes habitaciones como apartamentos con una chimenea
El hotel rural en Talamanca del Jarama, diseñado por Alfaro-Manrique, se encuentra a 34 kilómetros de Madrid y consta de cinco grandes habitaciones como apartamentos, con una chimenea ancestral cada uno y un aro de neón suspendido donde la tierra se abre para ofrecer un baño de homenaje al agua y las formas orgánicas se convierten en mamparas de madera como únicas divisorias de los espacios interiores. Cada apartamento goza de una plataforma que se diluye en la tierra de los campos de cereales en la que se dispone de una piscina circular a modo de estanque.
“Es una propuesta para poner en valor el turismo interior en la península, Un turismo que nos acerque a la España vacía aportando nuevos lenguajes más contemporáneos inspirados en el lugar, reinterpretando su paisaje, utilizando sistemas constructivos autóctonos y sobre todo, mediante la forma, convertir estos lugares en espacios de nueva modernidad”, afirma Gema Alfaro Manrique, arquitecta y socia directora de AlfaroManrique Atelier.
El hotel tiene una clara vocación de dialogar con todos los aspectos relacionados con la sostenibilidad. En su ejecución se utilizarán técnicas tradicionales de construcción como el adobe y la cal, técnicas artesanales de cestería, materiales autóctonos en general. De esta manera, el usuario se sentirá imbuido en una nueva realidad que también favorecerá su percepción interior, una nueva vinculación con su cuerpo y en relación con la naturaleza. Un hotel que procura ser una nueva manera de aproximarse a la naturaleza.
En este proyecto hay un hilo conductor con lo urbano, con el diseño, con la contemporaneidad, para que en cierta manera fluyan las sensaciones desde la ciudad al campo, procurando no entender ambos ámbitos como contrarios, sino como un continuo en el que vamos gozando de experiencias diferentes pero complementarias. El agua y la tierra son dos elementos presentes continuamente en este proyecto. El hotel se ubica en un lugar que ofrece al cliente tranquilidad para sentarse a ver pasar las horas, a escuchar silencios y murmullos de la naturaleza. El cielo se hace presente en esas tardes de sol, de siesta, en esas noches de firmamentos transparentes, claros y luminosos. En definitiva, se trata de un proyecto con una apuesta clara por la naturaleza ya que juega con todos los elementos que nos da la naturaleza. Adobe, cal, tierra, agua, el mismo cielo y la luz son elementos imprescindibles que se fusionan y generan un espacio único con diseños rotundos para volvernos a acercar a un paisaje más fresco y envuelto en la naturaleza.